El protocolo


SESIÓN 1

EL SEMINARIO ALEMÁN
ROLES
LA RELATORÍA (DOCENTE)
La relatoría es el procesamiento a través del cual el relator expone el tema correspondiente en la sesión del seminario. El relator tiene como misión principal enriquecer, como resultado de su investigación y estudio, el saber de los demás, buscando por medio de una argumentación rigurosa aportar algo nuevo que permita avanzar en el conocimiento sobre el objeto de estudio.
CORRELATORÍA (ESTUDIANTES)
La función central del correlator es complementar y, en lo posible, enriquecer la relatoría; considerando que un tema nunca se agota, el correlator debe concentrar toda su atención en la exposición del relator, con vistas a hacer sus propios aportes de acuerdo, así como los desacuerdos o puntos críticos que motiven o sirvan de base para la discusión y evaluación de la relatoría.
DISCUSIÓN (TODOS)
La discusión es el espacio intelectual donde los participantes realizan la función de confrontación de sus concepciones y dominios de experiencia sobre el tema del seminario con las otras “visiones” y argumentaciones que poseen los integrantes del grupo.

Protocolo El protocolo constituye el testimonio de los más relevante y esencial de cada sesión del seminario. Normalmente, es un registro escrito que recoge los momentos más significativos del seminario y cuyo propósito final es ser fuente documental principal de las memorias del seminario. El protocolo, como documento testimonial, debe recoger el tema, día, duración, asistentes, funciones y tareas cumplidas (síntesis de la relatoría y correlatoría), desarrollo de la discusión, aportes de los participantes, interrogantes nuevos sobre el tema, validaciones y acuerdos entre los miembros del seminario.

PASOS DE UNA SESIÓN

1.       Lectura del protocolo anterior en un tiempo máximo de 10 minutos.
2.       Se recogen las preguntas, comentarios y aclaraciones que surjan de la lectura del protocolo.
3.       Apertura de la sesión: El relator abre la sesión dando lectura al plan de trabajo (orden del día); luego se confirma la elección del protocolante.
4.       Concluida la exposición del relator, estimando un tiempo máximo de 30 minutos, acto seguido se concede la palabra a los correlatores para iniciar el debate, socialización o exposición. El relator estará atento a la participación, apreciando las intervenciones, aclaraciones y respuestas posibles.
5.       Conclusión: el relator o un correlator realiza una síntesis del trabajo, recapitulando los momentos más significativos de la sesión.
6.       El protocolante prepara el texto del protocolo para presentar en la sesión siguiente.

EL PROTOCOLO

Es, ante todo, un resumen de la discusión. Es un texto corto, aunque debe recoger la totalidad de las intervenciones de la discusión. No debe hacerse consistir en una transcripción literal y completa de las intervenciones, sino que supone de los protocolantes un esfuerzo de interpretación que ya sabrá evaluar el grupo en el momento de la lectura pública y de la aprobación del protocolo.

1.       Encabezado: institución, asignatura, grado, número de sesión (centrado).
2.       Identificación: tema de la discusión, las lecturas guía, el nombre de los relatores o expositores del tema, el nombre de los protocolantes de la actual sesión, la fecha, participantes (ausentes y retardos).
3.       Protocolo anterior: Se incluyen las correcciones, adiciones, supresiones y comentarios que se le hagan al protocolo inmediatamente anterior, con miras a una ulterior edición de las memorias del seminario (conjunto de los protocolos y relatorías). Lo ideal es que todos los miembros del seminario participen en este proceso de revisión del texto tanto en sus aspectos formales como de contenido.  Se deben tener en cuenta las cuestiones gramaticales y de estilo, incluida la presentación gráfica (párrafos): la ortografía, la concordancia gramatical, el uso del léxico, la puntuación, la paginación, los márgenes para hacer acotaciones, y el interlineado.
4.        Punto o tema de discusión: El punto o tema de discusión normalmente debe surgir de la relatoría. Las relatorías no son productos científicos acabados sino propuestas que plantean interrogantes y formulan desafíos.
5.       Desarrollo de la discusión: Aquí deben aparecer todas las intervenciones acompañadas de su correspondiente sustentación. Es muy importante indicar que no deben consignarse sólo en el orden cronológico en que se dieron, o sea en el orden en el que les fue concedido el uso de la palabra a quienes intervinieron en la discusión, sino en un orden lógico. A los protocolantes les corresponde buscarles o restablecer un sentido de las intervenciones en su conjunto. Esta tarea tiene que ver con una de las mayores dificultades de la elaboración del protocolo: la reconstrucción de la racionalidad del diálogo académico. Para cumplir tal cometido es muy recomendable “calificar” y clasificar después cada una de las intervenciones. “Calificar” para este efecto significa determinar de qué clase de intervención se trata: si fue una afirmación, un desacuerdo, una repetición, una ampliación de una intervención anterior, un cuestionamiento, un interrogante, una aclaración, etc.
6.       Recapitulación: Después de finalizada la discusión, a alguien le corresponde culminar el ejercicio no para evaluarlo sino para resumirlo y darle forma, y para esto hace una recapitulación del contenido de la sesión del seminario (un repaso de los planteamientos e ideas centrales) tomando como punto de partida el tema o punto de discusión. Los protocolantes deben recoger esta recapitulación y transcribirla en la parte final del protocolo que les corresponde elaborar.
7.       Comentario de los protocolantes: El responsable del protocolo cumple un papel muy importante elaborando el resumen de la discusión, reordenando las intervenciones y dándole forma unitaria al texto del protocolo; sin embargo, por la atención que debe prestarle a la toma de notas durante la discusión, muchas veces tiene que abstenerse de participar directamente. Para que esto no suceda pueda hacer sus aportes críticos.

LA REDACCIÓN DEL PROTOCOLO

La redacción del protocolo comienza con la toma de apuntes durante la discusión y termina cuando el texto ya está listo para ser presentado al seminario. Se ofrecen a continuación algunas recomendaciones muy sencillas:

  1. Utilizar el pasado para referirse a las intervenciones y conservar la concordancia temporal. Ejemplo: “Juan Ramírez  agregó otro argumento a la intervención anterior y demostró cómo...”.
  2. Redactar en forma  impersonal, como corresponde a los escritos de naturaleza científica, o sea en tercera persona singular. Excluir la primera persona singular y plural. En el relato de la discusión no se debe escribir, por ejemplo, “seleccionamos como punto de discusión...” y “me pareció que la discusión...” sino “fue elegido como punto de discusión...” y “pareció que la discusión...”
  3. Revelar el nombre de quienes intervinieron.
  4. Insertar pies de página para dar cuenta de algunas ideas o de algunos datos de carácter complementario y que no son indispensables en el relato central de la discusión. También para completar las reseñas bibliográficas de citas de documentos que puedan haber surgido en las intervenciones. Esto le da rigor al texto del protocolo aunque ocasionalmente suponga una tarea adicional para los protocolantes.
  5. Si es del caso consignar textualmente (entre comillas) en el protocolo las intervenciones.
  6. Articular el texto del protocolo en bloques de escritura (párrafos) y evitar las frases aisladas, para que se pueda demostrar concatenación de ideas y valor aclaratorio. En este aspecto es muy importante la utilización de expresiones conectivas como: Al contrario, de otra parte, en resumen, en aclaración a lo anterior, en consecuencia...
  7. Evitar referirse al relator del seminario como “el profesor”, porque aunque sea un profesor, su función directiva está más cercana a los conceptos de orientador que a las funciones que tradicionalmente se le han asignado a los catedráticos. En tal caso si no se quiere utilizar su nombre propio, decir, por ejemplo: “el relator del seminario hizo algunas precisiones al respecto: ...”
  8. No abusar de ciertos signos de puntuación, particularmente del punto y coma y de las comillas. Éstas porque convierten el protocolo en un texto muy pesado y aburridor, aquél porque sirve para formar períodos largos de difícil comprensión.
  9. Buscar, en todas sus formas, la concisión y la claridad. Un buen protocolo es un texto preciso y explicativo.
  10. Apoyarse eventualmente en diagramas, sinopsis o cuadros, con el objeto de hacer más comprensibles las ideas. Igualmente, utilizar anexos que puedan servir para ampliar la visión de la temática discutida.

LECTURA, PRESENTACIÓN Y APROBACIÓN DEL PROTOCOLO

El protocolo de un seminario debe ser leído por quien lo elaboró al principio de la sesión siguiente. Esta lectura supone que todos los participantes disponen de una copia del mismo para seguirla y hacer sus enmiendas y observaciones. ¿Por qué es recomendable que se multicopie antes de hacerle las correcciones?: Primera, porque es importante que cada participante disponga de una memoria escrita que establezca relación de continuidad entre las sesiones; segunda, porque comprometiendo al grupo con la redacción de todos los protocolos, se pueden obtener textos cada vez más depurados.  La aprobación del protocolo se da por parte de todo el seminario, una vez hecha su presentación y revisión, y es archivado por cada participante en su carpeta personal.


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