Falacias argumentativas
19 FALACIAS ARGUMENTATIVAS
Una falacia es un razonamiento engañoso o inválido que se usa para
justificar una idea. El truco es que para cualquier distraído el argumento
falaz parece válido, pero no lo es y acá te mostramos cuáles son los más
comunes:
1. Afirmación del
consecuente
“Si A entonces B, B por lo tanto A”. También se
conoce como “error inverso”: consiste en suponer que, afirmando el antecedente,
se puede afirmar el consecuente. Ejemplo: “Todos los perros son fieles, Pedro
es fiel, por lo tanto, Pedro es un perro”
2. Argumento a silentio
El argumento a silentio o argumento desde el
silencio es una falacia en la que se extrae una conclusión basada en el
silencio o ausencia de evidencia. Ejemplo: “sé dónde es la fiesta, pero no te
lo voy a decir / entonces no sabes donde es la fiesta” otro ejemplo es la frase
“el que calla otorga”. Se suele ver mucho en comentarios: “si fuera verdad,
hubiera hecho la denuncia, ¿para qué se calló tanto tiempo? Seguro es mentira”
3. Argumento ad
antiquitatem o apelación a la tradición
Consiste en afirmar que porque algo se ha venido
haciendo o creyendo desde hace mucho tiempo, entonces está bien o es verdadero.
Esta falacia se ve muy frecuentemente en dietas y productos para adelgazar
cuando usan la palabra “ancestral” o “milenario” como característica que
supuestamente refuerza su veracidad. También en las frases como “siempre se
hizo así” para justificar determinada forma de actuar o realizar algo
4. Argumento ad baculum
Implica sostener la validez de un argumento
basándose en la fuerza, la amenaza o en el abuso de la posición propia. Es
fácil detectarlo cuando se hace de manera explícita, pero en muchos casos es
más bien una insinuación sutil. Por ejemplo, raramente esta falacia se presenta
así: “Si no creés en X, te pego” sino más bien así: “Yo creo en X y tengo
capacidad de ejercer la fuerza. ¿Vos en qué crees?”.
5. Argumento ad
conditionallis
En esta falacia el fundamento o prueba del
argumento está condicionado y no puede ser probado, ya que el hecho no existe.
Se caracterizan por estar acompañados de verbos conjugados en el tiempo
condicional, como: “sería”, “habría”, etc. Su principal recurso es la
especulación y lo vemos todo el tiempo en títulos en los medios (el condicional
periodístico se usa para cosas que no están comprobadas, como para hablar de un
juicio que aún está en proceso, por ejemplo. El problema es cuando se utiliza
para hacer pasar un rumor o algo basado en una suposición como un hecho
verdadero).
6. Argumento ad
consequentiam o apelación a las consecuencias.
Esta falacia a pela a las consecuencias
negativas o positivas de apoyar una posición particular con el fin de demostrar
que es falsa. Si A es cierto, entonces pasa B (negativo), por lo tanto, A es
falso. También funciona al revés: si A es cierto, pasa B (positivo), por lo
tanto A es verdadero. Ejemplos: “El presidente no robó fondos del Estado,
porque si lo hubiera hecho, habría perdido las elecciones” o “El jugador hizo
todo lo que pudo, porque si no, no hubiéramos ganado el partido”.
7. Argumento ad
hominem
Oh, el famoso ad hominem. El más común de todos: se
ataca a la persona que presenta el argumento y no al argumento en sí. Esto toma
muchas formas. Por ejemplo, el ataque puede basarse en la personalidad, la
nacionalidad o la religión de la persona. O puede que se haga notar lo que la
persona podría ganar en caso de un final favorable. Ejemplos:
La opinión de Aníbal Fernandez sobre Carrió:
Anna dice que Hans no se come los mocos “porque es un príncipe”
Alejandro Rozitchner sobre Spinetta:
8. Argumento ad
ignorantiam
El un argumento ad ignorantiam, también conocido
como llamada a la ignorancia, es una falacia que consiste en sostener la verdad
(o falsedad) de una proposición alegando que no existe prueba de lo contrario,
o bien alegando la incapacidad o la negativa de un oponente a presentar pruebas
convincentes de lo contrario. Quienes argumentan de esta manera no basan su
argumento en el conocimiento, sino en la ignorancia, en la falta de
conocimiento. Ejemplos: “no se puede probar que Dios no existe, por lo tanto
existe”.
9. Argumento ad
nauseam
O como una mentira repetida mil veces no se
convierte en verdad. Con esta falacia se argumenta a favor de un enunciado
mediante su prolongada reiteración, por una o varias personas. Se apela a esto
cuando se incita a una discusión superflua para escapar de razonamientos que no
se pueden contrarrestar, repitiendo cosas ya discutidas, explicadas y/o
refutadas. Esta falacia la usan frecuentemente los políticos, creyentes
religiosos y retóricos, y es uno de los mecanismos para reforzar leyendas
urbanas al repetir determinadas afirmaciones verdaderas o falsas hasta
asentarlas como parte de las creencias de un individuo o de la sociedad,
convirtiéndolas en verdades incontestables. La frase “miente, miente que algo
quedará”, atribuida a Joseph Goebbels (uno de los más siniestros jerarcas
nazis) es usada por medios y políticos para acusar a otros de esta falacia.
10. Argumento ex
populo
Un millón de moscas no pueden estar equivocadas.
Esta falacia también se conoce como ad populum, sofisma populista o falacia de apelación
a la multitud e implica responder a un argumento o a una afirmación
refiriéndose a la supuesta opinión que la gente en general tiene sobre ese
tema. Suele adquirir mayor firmeza cuando va acompañada de un sondeo o encuesta
que respalda la afirmación falaz. A pesar de todo, es bastante sutil y para
oídos poco acostumbrados al razonamiento puede pasar inadvertido. Ejemplos: “No
lo digo yo, lo dice la gente en la calle”, “la mayoría de la gente opina igual
que yo” o “todo el mundo sabe que esto es así”.
Massa y la gente:
11. Argumento ad
verecundiam
Aunque algunas veces puede
ser apropiado citar a una autoridad para apoyar un punto, muchas veces no lo
es: ser experto en algo no te hace experto en todo. Esta falacia también se
conoce como argumento de autoridad o magister dixit y consiste en defender algo
como verdadero porque alguien que supuestamente tiene autoridad en la materia
así lo dijo. Ejemplo: la raíz cuadrada de 2 es irracional porque lo dijo
Euclides. Esto no es cierto porque lo haya dicho Euclides, sino porque hay una demostración matemática que lo prueba. Este
recurso se usa mucho en las publicidades, cuando hay famosos explicando por qué
determinado producto es bueno y se toma como verdadero solamente porque quien
lo dice es conocido.
12. Falacia del
alegato especial
También conocida como argumento especial o petición
especial, se produce cuando alguien recurre o hace alusión a una visión o
sensibilidad especial del tema objeto de debate y dice que el oponente
posiblemente no puede entender las sutilezas o complejidades del tema en cuestión
porque no alcanza el nivel de conocimiento o la empatía que supuestamente se
requiere. Por ejemplo:
13. Falacia del
francotirador
En esta falacia la información que no tiene
relación alguna con el debate es interpretada, manipulada o maquillada hasta
que parezca que tiene un sentido. El nombre viene de un tirador que disparó
aleatoriamente varios tiros a un granero y después pintó un blanco centrado en
cada uno de los tiros para autoproclamarse francotirador. Ejemplo: Alguien
sueña con el número 7 y lo juega a la quiniela. El número que sale es el 362,
entonces la persona confirma la premonición, alegando que 3+6–2 es igual a 7.
Otro ejemplo:
14. Generalización apresurada
También se denomina muestra sesgada y consiste en
hacer una afirmación usando un tamaño de muestra demasiado chiquita para apoyar
la conclusión. A veces es difícil hacer entender que es así, la estadística es
poco intuitiva y tendemos a creer afirmaciones cuando se sostienen sobre
ejemplos concretos sin mirar si éstos son relevantes. Ejemplo: “un colombiano
me robó la cartera, por lo tanto, todos los colombianos son ladrones”.
15. Petición de
principio
Esta falacia se comete cuando nos quieren demostrar
algo metiendo ese algo en la misma demostración. Se produce cuando la
proposición por ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las
premisas. La petición de principio es una forma de razonamiento circular.
Ejemplo: “Todo acusado de herejía es necesariamente culpable porque Dios nunca
permitiría que quien no es un hereje fuera acusado de serlo” / “La gente es
pobre porque es vaga porque si no fueran vagos no serían pobres” / “Lo que digo
es verdad, yo nunca miento”
16. Falacia del
hombre de paja
Básicamente es atacar una afirmación que el
oponente nunca formuló: el autor ataca un argumento que es diferente y
generalmente más débil que el mejor argumento de la oposición. Caricaturiza los
argumentos del oponente exagerando, tergiversando o cambiando el sentido de sus
palabras para que sean más fáciles de refutar.
17. Post hoc ergo
propter hoc
En latín significa “después de algo, por tanto, a
consecuencia de ese algo”, es decir, alguien asume que, dado que un
acontecimiento pasa después de otro, aquél fue causado por éste. Ejemplo:
“Estaba resfriado, me comí una pera y al otro día me sentía mejor. Las peras
curan el resfrío”.
18. Falacia del
falso dilema o falsa dicotomía
¿Te suena la grieta? Esta falacia involucra una
situación en la que se presentan dos puntos de vista como las únicas opciones
posibles, cuando en realidad existen una o más opciones alternativas que no han
sido consideradas. Las dos alternativas son con frecuencia, aunque no siempre,
los puntos de vista más extremos dentro de un espectro de posibilidades. Los
ejemplos los vemos todos los días: “si no sos macrista, entonces sos
kirchnerista (y viceversa)”.
19. Falacia de la
pendiente resbaladiza
Si hacés A, entonces seguro que pasará B, porque yo
lo digo. Esta falacia sugiere que una acción iniciará una cadena de eventos que
terminarán en un evento posterior no deseado, sin establecer o cuantificar las
contingencias relevantes. Ejemplo: “Si dejamos que los chicos coman de manera
incorrecta en la mesa terminarán siendo criminales, al no haber asimilado unas
normas de conducta sociales adecuadas.”
Estas son solo algunas de las falacias argumentativas, pero hay
muchísimas más.
ACLARACIÓN: Que un hecho sea verdadero no quiere decir que el argumento deje de ser falaz (como muestra el ejemplo de Euclides del punto 11) o, dicho de otra forma, un argumento falaz no hace que una premisa sea verdadera o falsa por sí misma, simplemente el argumento utilizado para defender esa premisa no es válido. Otro ejemplo de esto:
Homero comete una falacia ad hominem basada en una generalización: Carl
es bueno jugando al basquet porque es negro. Que la premisa “Carl juega bien al
basquet” sea cierta, no hace al argumento de Homero menos falaz (y esto aplica
para cualquier falacia argumentativa).
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